La mano alrededor de la cintura, el ritmo de la salsa dentro de nuestros zapatos y contra el suelo. El uno-dos-tres, uno-dos-tres. La alemana no sabe cómo mover la cintura. Nos reímos e intentamos enseñarle, pero estamos perdidos dentro de nuestros círculos. La cocina está llena de círculos y son solo nuestros. Hacemos el ocho, bailamos hacia atrás, nos escondemos dentro de tazas llenas de tequila barato. Alguien escribe la palabra THINK en mi muñeca con marcador permanente rojo. La palabra roja también baila. Flota en el aire, en la mano que me da la vuelta, en los ojos que se detienen a mirar, en el brazo que me acerca.