Ellos, supongo, se habían cansado de escribir. Aún siendo 10 dedos, o 20 si se quieren sumar los de los pies, el trabajo les parecía excesivo. Esculcaban el vacío; las historias contadas tantas veces ya no tenía sentido, las canciones se habían ido en trenes de otros tiempos. Estaban las uñas llenas de cal.
Entonces llegaron unos ojos amarillos, así, de repente. Era un día amarillo y yo quería compartir una canción y se la mandé a él. De la canción surgieron más canciones, luego correos, llamadas… y de repente, estábamos escribiendo juntos. A Él también le gustan las historias, y ve el mundo como la trama enmarañada de un relato, y de repente yo le podía mandar un mensaje diciéndole: «Aquí me siento invisible… nadie me ve» y él, estando a más de 400 kilómetros me decía: «Yo te veo»
Las historias se volvieron una sola. Yo le dictaba mientras mis uñas iban sanando, y él copiaba por los dos, sanando los miedos a la vida, al amor, a compartir las luces amarillas con alguien más.
Entonces el mundo no parece tan plano, en las noches me cuenta cuentos de dinosaurios y camas flotantes, a veces en las tardes nos sentamos a mirar ancianas cansadas de la vida y yo le digo: esa seré yo en el entrecruce de los tiempos. Él se queda esperando a que un viejo de ojos amarillos aparezca junto a ella, arrugado y encorvado. Por las noches, cuando la ciudad no quiere mirar, nos escondemos entre pájaros de origami.

Disfruta de esos ojos amarillos y de esa historia única que estais escribiendo con el transcurrir de los días.
Cómo me alegra saber de ti y más de esta manera! ^^
Un abrazo amiga =)
Imaginativa, qué linda! Gracias por tu comentario, me hizo sonreir 🙂 … por aquí ando intentando volver poco a poco!
Un abrazo amiga!!
Qué sugerente es esta historia, siempre me llama la atención cuando veo a una pareja de viejitos de la mano o paseando juntos, me parece delicioso, me fijaré si ellos tienen los ojos amarillos.
Un abrazo
Anita,
fíjate atentamente, quizás el tiempo se cruza en muchos lugares. Un abrazo y un gusto tenerte por aquí! 🙂
Hola guapa, bonita narrativa,
que tengas un feliz fin de semana.
un abrazo.
Ricardo, gracias por tu visita y bienvenido a mis silencios! Me pasaré por tu blog 🙂
Un abrazo!
Bonito relato, que disfrutes de sus preciosos ojos amarillos.
Un beso
Chica de los sueños de cristal, soy feliz junto a los ojos amarillos 🙂 Es un honor tenerte entre mis silencios!